El foro contó con la participación de representantes de los grupos parlamentarios Popular y Socialista —Carmen Pomar y Julio Ernesto Abalde Alonso, respectivamente—, así como de entidades del tercer sector, como CONFAPA y la Asociación de Celíacos de Galicia. Su presencia dejó claro que la nueva regulación no es solo una cuestión técnica, sino un reto social, político y cultural de gran envergadura.
Carmen Pomar, representante del Grupo Parlamentario Popular, puso en valor el trabajo que ya se realiza desde la Consellería de Educación en materia de comedores escolares, aunque también fue crítica con el enfoque del Real Decreto. “Me parece un desiderátum, como tantos otros, en el que los gobiernos autonómicos han tenido muy poca participación. Esto es un ‘yo invito, tú pagas’”, afirmó.
Pomar insistió en que “la alimentación y los hábitos alimentarios en la infancia y adolescencia son un tema multifactorial” y que limitar la cuestión a un Real Decreto para los comedores escolares supone “simplificar en exceso”. También señaló que “el Real Decreto peca de falta de realismo económico, social, territorial e incluso geográfico, porque dentro del Estado y de Galicia existen realidades muy diferentes”. Por último, subrayó la importancia de complementar la normativa con la educación curricular: “Cuando los menores cumplen 12 años y van al instituto, ya no tienen comedor escolar. Por eso, insisto en la formación en hábitos alimentarios desde el currículo, para que interioricen esos aprendizajes”.
También intervino Julio Ernesto Abalde Alonso, representante del Grupo Parlamentario Socialista, quien destacó el papel clave de la administración autonómica en la gestión de los comedores escolares. “La Consellería y la Xunta tienen en sus manos una herramienta muy importante para gestionar los comedores. Creemos que es un servicio fundamental tanto para la conciliación de las familias como para la formación alimentaria del alumnado”, señaló.
Abalde insistió en que “la Consellería debe ser quien lidere, coordine y supervise ese servicio, siempre en colaboración con los ayuntamientos y con las ANPAs”, subrayando que esta responsabilidad pública requiere un compromiso decidido. Respecto al Real Decreto, afirmó que “me parece un buen decreto, que hay que desarrollar y para el que será necesario poner los recursos necesarios para llevarlo a la práctica”, destacando además que “no solo tiene un valor educativo, sino también de dinamización de los sectores productivos vinculados a la alimentación”.
Desde CONFAPA, su presidente Rogelio Carballo Solla valoró el Real Decreto como “necesario y positivo” al establecer las bases de un marco común que permita avanzar, aunque lamentó la ausencia de diálogo con las familias: “No se nos consultó, pese a nuestra experiencia directa con la realidad de los comedores”. Subrayó que “la nutrición infantil es un problema multidimensional” y advirtió que “hay aspectos del texto que parecen redactados por personas que nunca han pisado un comedor escolar”.