El consumo sostenible se fundamenta en tres pilares dirigidos a equilibrar las necesidades humanas, el cuidado del medio ambiente y la justicia social.
Ambiental. Centrado en el uso eficiente y responsable de los recursos naturales, reducción de la huella ecológica y promoción de la economía circular.
Social. Respeto por los derechos humanos y laborales en toda la cadena de producción, apoyo a comunidades locales mediante el consumo de productos de próximidad y asegurar el acceso equitativo a bienes y servicios esenciales.
Económico. Fomentando prácticas empresariales sostenibles, apoyando mercados y productos que generen valor a largo plazo y optando por productos que promuevan la innovación y la eficiencia en el uso de materiales y energía.